La función primordial de estes ácidos grasos no es energética. Aunque aportan 9 kcal por gramo, el cuerpo los emplea preferentemente en funciones estructurales y reguladoras (incorporandolos a las estructuras de las membranas de las paredes celulares y usándolos para la producción de hormonas).

Esta doble vertiente que garantiza ,por una parte, el correcto funcionamiento del anabolismo (a través de la producción natural de hormona de crecimiento) y, por otra, el metabolismo de nutrientes y la protección frente a tóxicos y patógenos, convierte a los ácidos grasos insaturados en un factor clave dentro del rendimiento deportivo y de las estrategias anti-edad. 

La grasa, inadecuadamente, se ha concebido durante años en el mundo del fitness como un ''enemigo'' a desterrar. Esta idea, desacreditada en la actualidad, ha propiciado en el pasado un claro atraso en la  progresión del potencial físico de muchos practicantes de pesas.

No todas las fuentes de grasas son iguales en cuanto a sus propiedades para el organismo ni tampoco igual de necesarias. Pero, lo cierto, es que hay una serie de ácidos grasos que se vuelven indispensables para el correcto funcionamiento de varios sistemas y que debemos de aportar a nuestra dieta; bien a través de los alimentos dentro de un esquema de nutrición equilibrada, bien por medio de suplementos allí donde las exigencias de los menús habituales presenten dificultades para alcanzar unos mínimos.