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Como culturistas sabéis perfectamente que los músculos se componen de proteínas y por tanto sin un generoso aporte de éstas en la dieta es muy difícil lograr construir grandes músculos. Pero cuando se busca obtener los máximos resultados, el tipo de proteína y el momento en que se consume constituyen la clave de los progresos.

A lo largo del tiempo, la proteína whey ha evolucionado correspondiendo cada vez mejor a las expectativas y necesidades de los que basan en ella su suplementación. Primero surgió el concentrado de proteína, cuyas concentraciones pueden alcanzar el 80%. Cuando más tarde aparecieron los aislados de proteína, con un grado de pureza por encima del 90%, se estaba preparando el terreno para, finalmente, llegar a la última generación de proteínas: los hidrolizados de proteína.