Impedancia Bioeléctrica

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Hace años las técnicas de medición de la composición corporal, por sus altos costes y dificultad de ejecución, se quedaban relegadas a los laboratorios científicos pero, afortunadamente, hoy en día, disponemos de aparatos asequibles, bastante fiables, con un uso sencillo y al alcance de cualquier usuario. Entre ellos, han ganado últimamente una enorme popularidad en centros de salud, hospitales, gimnasios, centros de estética,..etc., las básculas de bioimpedancia. Son un método seguro que requiere una mínima experiencia por parte del operador. En a penas unos minutos obtenemos un cuadro bastante completo del estado de nuestro organismo. Pero este método ¿en qué consiste realmente?

Este artículo viene de Evaluación de la composición corporal.

ANTROPOMETRIA bioimpedancia 1La impedancia bioeléctrica basa su técnica en medir las resistencias que ofrecen los distintos tejidos biológicos al paso de un impulso eléctrico a través de ellos. Cómo se sabe que el agua es una excelente conductora de la electricidad, la idea es que una corriente atravesará a distinta velocidad los tejidos que contengan este elemento que aquellos que contengan agua en menor cantidad o que estén libres de ella.

Los músculos contienen agua, especialmente cuando se hidratan para retener glucógeno al entrenarlos, y contrariamente la grasa es hidrófoba, es decir repele el agua (pensemos en una gota de aceite -grasa- en un vaso de agua). Como el tejido graso se presenta seco y la bioimpedancia mide en base a la conductividad eléctrica, es posible determinar las proporciones y cantidad total de grasa que hay en el cuerpo al enviar una señal que lo recorra en su totalidad.  

Las básculas más avanzadas son capaces de realizar mediciones por segmentos, discriminando los diversos resultados entre el tronco y las cuatro extremidades. De esta manera es posible entender cómo está particularmente distribuida la grasa en nuestro cuerpo y los distintos niveles de hidratación que presentan los segmentos mencionados. También nos ofrecen estimaciones del peso óseo, la grasa visceral (la directamente relacionada con las enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo II, etc.) y una estimación de la edad biológica de nuestras células (que puede coincidir o no con nuestra edad real en función de su mejor o peor estado).  

 

A mayores de los datos referentes a los porcentajes y distribución del tejido muscular y de la grasa en el cuerpo, es muy útil para los practicantes de pesas conocer el grado de hidratación. Porque se sabe que en las personas sedentarias la mayoría del agua se acumula en el exterior de las células y una de las primeras adaptaciones que produce el entrenamiento es la redistribución de esta agua, incrementándose la acumulación de agua intracelular. Es el principal motivo de que cuando iniciamos un programa de ejercicio experimentamos un inmediato incremento en el peso. Las ganancias de masa muscular son bastante lentas, lo que nos sucede es que las células se hidratan para poder llevar a cabo las crecientes demandas de sus reacciones químicas ante un mayor nivel de actividad en los tejidos. Esta es una captación de líquidos 'deseable' para los practicantes de ejercicio, frente a la tan 'indeseable' retención de agua extracelular de la que se quejan muchas personas sedentarias. La función más destacada de las básculas de bioimpedancia es ayudarnos a diferenciar si las ganancias o pérdidas de peso son debidas a redistribuciones del agua o a las ganancias o pérdidas de tejido graso en nuestros cuerpos


Video de relización de bioimpedancia


  PRECAUCIONES A LA HORA DE REALIZAR LA PRUEBA  

En la línea de lo que acabamos de comentar, es fácil entender que variaciones excepcionales en la hidratación pueden llegar a distorsionar los resultados de la bioimpedancia. De este modo, es importante no tomar mediciones justo después de realizar un ejercicio físico intenso (estaremos más deshidratados), al terminar de comer (ya que los alimentos, a mayores de las bebidas, también contienen agua) y, en mujeres, durante el ciclo menstrual (los estrógenos retienen líquidos en los tejidos).

Así, tendremos en cuenta, para realizar la prueba:

  • Evitar comer y beber desde 4 horas antes.
  • No hacer ejercicio desde 12 horas antes.
  • Orinar cuando falten menos de 30 minutos.
  • No ingerir alcohol desde 48 horas antes.
  • No tomar diuréticos desde 7 días antes.
  • Las mujeres deben de evitar la realización de la prueba en los días en los que se retengan más líquidos.
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Fernando Lorenzo

ENTRENADOR PERSONAL y NUTRICIONISTA DEPORTIVO

Técnico Superior en Dietética

Master en Nutrición y Dietética Aplicada

Especialización: Nutrición y Actividad Física

Maestro Nacional de Culturismo y Fitness

Maestro Nacional de Musculación y Powerlifting

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Sitio Web: www.dietistamovil.com